Son leales y muy atentos, les gusta estar cerca del dueño, su familia, les encanta caminar y jugar, además, también les gustan las actividades al aire libre, ¡lo que puede ayudar mucho a quien los adopte!
Exigen mucho tiempo, disposición y responsabilidad. Además, debe asegurarse de que puede pagar los costos para ofrecerle una vida sana y cómoda.
Son animales higiénicos: se limpian solos y aprenden a usar el arenero por sí mismos. Son menos dependientes emocionalmente de sus dueños y no necesitan caminar o jugar afuera, requieren menos atención y pueden ser muy cariñosos.
Pueden causar alergias por su pelaje, y además, necesitan una rutina de cepillado al menos dos veces por semana. Son animales que tienen rutina, cualquier cambio de ambiente o incluso de muebles puede estresarte.
Si eres más activo y dispones de más tiempo, el perro es una buena opción. Pero si no sales a pasear, o no tienes tanto tiempo para quedarte solo con el animal, lo mejor sería un gato.
Hay que tener paciencia y planificar mucho la adaptación, ¡pero el final de esta historia puede ser feliz! Puede que la primera cita no vaya tan bien, pero sigue adaptándote y, si es necesario, contrata a un profesional para que te ayude con eso.
Puede que la primera cita no vaya tan bien, pero sigue adaptándote y, si es necesario, contrata a un profesional para que te ayude con eso.